viernes, 4 de mayo de 2012

LOS DIEZ MEJORES LIBROS DE POESIA HONDUREÑOS DEL SIGLO XX




Editado en el 2007, este libro abarca  toda la producción poética  de Nelson Edmundo Merren, cabeza visible de la Generación del 50. Su poesía, atractiva y estrañamente fatalista, roza la antipoesía, escrita y desarrollada por algunos poetas chilenos como Nicanor Parra y Oscar Hahn. A continuación, algunos ejemplos.




PAISAJE CON UN TRONCO PODRIDO

Flojo el mar, con pereza
Zarandea constante al viejo tronco.

Cada vez que respira
El mar, lo mueve un poco,
Lo tira más allá, luego lo trae,
Y lleva horas en esto.

En esta pobre costa
Con bloques de cemento carcomido
Y carnaval de latas y papeles
El mar sigue jugando
Sin ganas con el tronco.

Ni el mar se anima un poco,
Y el tronco es un pelele
Resignado a su suerte
Y yo se que lo tres estamos aburridos.

SABOR A SOMBRA

He tomado parte en sesudas discusiones
Sobre si la poesía política
Tiene derecho a llamarse poesía
Y comido ancas de rana y horrorosos percebes
Y panes con miel y toras ácimas
Y visto salir el sol y recordar en ese instante
Que los poetas lo han llamado el ojo del día
Y dorado emperador
Y leído deliciosas y cretinas novelas pornográficas
Y dramas en que la virtud es recompensada
Y me he aburrido de tanto día soleado
Y añorado los de lluvia
Y tenido diez días seguidos de lluvia
Y añorado los soleados
Y he hecho cosas indecentes en ciertos parques
Y visto caer la noche y tratado de crear una frase nueva
Y viajado en auto y en ferrocarril
Y comido duraznos y humildes bananos
Y dicho: en cuantos lea todo lo del socialismo
Podre morirme en paz
Y olvídalo de todo con unos vasos de vino
Y bañado desnudo en los ríos como un polinesio
Y dicho: en cuanto vea todas las películas
De esa famosa actriz podre morirme en paz
Y viajado en distintos tipos de aviones
Y dicho: ¡La inventiva del Hombre Blanco!
Y he quebrado espejos grandes
Y tratado de olvidarme de los días amargos
Y dicho: en cuanto pruebe todos los cocteles
Podre morirme en paz
Y sostenido sin creerlo que los hombres fuertes
Tienen poco seso
Y lavado mi cuerpo con jabón perfumado
Y pisado inmundicias en callejones oscuros
Y comprobado que en China el blanco es color de luto
Y echado de mi cabeza a escobazos los días amargos
Y extasiado con los nombres de las estrellas
Altair Vega Sirio Benatsnach Zubeneschamali
Y dicho: ¡qué vida tan rica la mía!
Y sonreído de niños descalzos y de vientre hincadas
Que se llaman Cesar Augusto
Y visto que soy prácticamente igual a los chinos
Y a los negros
Y escrito con plumas de ganso
Solo por curiosidad
Y examinado mi espalda y aun más abajo
En un gran espejo
Y examinado mis ojos en un espejo
Y visto algo en ellos infinitamente doloroso
Y recordado toda mi vida
Y visto que no hay nada como el éxtasis negro
De la muerte
Y sentado en parques, bajo el viento helado
Esperando que llegue
Y deseado siempre, con cada latido de mi corazón
La paz que no termina.

BIOGRAFIAS

No logramos nada de conversar con los pescadores
que pasan largas horas atentos,

ni de admirar el estoicismo quieto
de los carteros diligentes.

No logramos nada de beber los filtros deletéreos
de la filosofía.

Ay de los que dieron paz
a cambio de un plato amargo de verdad.

Bienaventurados los que aman la verdad
porque de ellos será un reino estepario.

No logramos nada con entender de causas
y el panteísmo tampoco es una panacea.

Bienaventurados los que saben que lo ignoran todo
porque de ellos será un reino estepario.

No ganamos nada con saber de transcendencia
pues el sufrimiento es algo real.

Felices los que saben que están solos
porque de ellos será una alegría sin llama.

ESPERANDO

El circulo, o lo informe, o
lo que no tiene volumen, pero
que me ofrezca quietud.

Lo imponderable, lo que no tiene dimensiones
pero
que no deje de filtrar ningún recuerdo.

Lo luminoso, plúmbeo, sin que pueda saberlo,
pero que adormezca para siempre
cualquier ansia.

Allí disolveré mi titulo de hombre,
que me hizo candidato para todos los infortunios.
Allí no me agitare con fútiles alegrías
ni con sinceros dolores.
Allí no me olvidare de amar conceptos
y de ser engañado.
Allí mis pasiones se habrán esfumado
y dejaran de zarandearme.
Allí olvidare que el hombre es admirable y perverso
y olvidare mi latitud y el Tiempo.


CARPE DIEM


Hay días
como una calle entre solares baldíos,
pavimentada y sólo
basuras y maleza a los lados.
Días en que el café y el pan
saben a yeso, a furia seca, a estafa,
ya dispuestos y lanzados desde el periódico
con su político yankee
deteniendo el cortejo
para besar a una niña birmana
o maternalmente calculando votos
mientras acaricia a un negrito en Harlem.
El jugo de naranja como purga
mientras sonríe con sus quince abriles
una gentil culta filósofa etcétera
damita qué asco
y más allá está el Papa declarando
con una perspicacia aturullante
que la situación del mundo es grave.

Atravesar la calle con cuidado
por moderno atavismo,
el mismo gordo vendedor de frutas
con su falsete por lo visto patentado
el vendedor de lotería como una mariposa plañidera
ejercitando su ingenua demagogia
y en la esquina, ya con ojos de camello,
ver otra vez que el Papa
ha prometido orar por las víctimas
del terremoto de Turquía,
y las ganas terribles de gritar ¡mierda todo!
hasta que se nos sosieguen las glándulas y los dientes.

Días como una carretera
bajo el sol, recta, vacía, interminable.

PASANDO

Bajo altos edificios
en las aceras
en la algarabía de tomates y repollos
de los mercados
en los elevadores y tranvías
cruzando puentes
contestando a gritos
discutiendo a gritos
llorando a gritos
sintiendo en la garganta y en los sesos
el aguardiente de una cólera terrible,
leyendo diarios o revistas
en consultorios pintados de blanco,
por todos lados, a donde vaya
aquí, allá, siempre he tenido,
tengo en los ojos ante mí
ese color de cuernos negros,
tengo en la boca, siempre
ese sabor a exilio.








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