Nació en Juticalpa, Olancho, el 13 de diciembre de 1907. Fue la
primogénita del hogar formado por el Dr. Francisco Bertrand Barahona y Victoria
Alvarado Burchard. Tuvo, además, tres hermanos: Francisco, Luz Marina y Martha.
Al ser depuesto su padre de la presidencia hondureña, en 1919, la
familia Bertrand se marchó al exilio, escogiendo para vivir, los Estados Unidos
de América. La joven Victoria, comenzó a estudiar en un convento de monjas de
la Orden del Sagrado Corazón en Nueva
Orleans. Al cabo de algunos años, abandonaría el convento y a la muerte de su
padre, acaecida en 1926, en La Ceiba, Atlántida, se encontraba realizando
estudios de letras y periodismo en la Universidad de Columbia, Nueva York.
En su poema autobiográfico “YO”, narra ambas experiencias:
“Fue mi niñez, un cuento de hadas,
en el Palacio de imponentes galas
y me paseaba entre el brillar de espadas
minúscula y azul por las escalas
llevando ya en el alma las tristezas
del que sueña con distintas cosas
volar, soñar y dejar de ser princesa…
(,,,) Recuerdo el miedo de aquella partida
el peligro y la zozobra en la ciudad.
Papá con su cabeza erguida
y su infalible inescrutabilidad.
No salimos a las sombras de la noche
sino que bajo el sol de un mediodía
haciendo de serenidad derroche
como todo lo que mi padre hacía.
Vino la época blanca del convento
la mística ternura por Jesús.
¡ Sufrir todo dolor, todo tormento
para ser digna de acarrear la Cruz¡
(…)Era mi alma una cándida cautiva
que rompió de repente un fuerte lazo
que ya libre siguió pensativa
¡ Apenas aquel era el primer paso¡
Una vez egresada de la universidad, comenzó a trabajar en la revista “Norte”, que era publicada en Nueva York,
en español y donde llegó a convertirse en secretaria y más tarde, en Jefa de
Redacción. Al comenzar a publicar sus primeros poemas, adoptó el seudónimo de “Alma Fiori”, con el cual incluso firmó
su primer libro, titulado “Nómada”, editado en Costa Rica, en 1936, siendo con
ello, la segunda hondureña en publicar
un poemario en el exterior.
Amiga de Clementina Suárez y Graciela Bográn, sus colaboraciones vieron
la luz en las revistas literarias “Mujer”
y “Alma Latina”, respectivamente.
En una de sus permanencias en Tegucigalpa, en 1932, fue objeto de un
homenaje por el Grupo Cultural “Zelaya Sierra”,
dirigido por entonces por la célebre Visitación Padilla.
En 1950, la Organización de las Naciones Unidas, la nombró editora de
la publicación “United Nation World”.
Dicha revista publicaba monografías especialidad sobre los países de nuestro
continente y para realizarlos, tuvo que viajar por Latinoamérica para
entrevistarse con personalidades políticas y representantes de gobiernos. Así
viajó a Venezuela, Panamá, El Salvador, Colombia, Puerto Rico y México. Fue en
este último país donde la sorprendió la muerte, eL 4 de septiembre de 1952, víctima de un ataque
cardíaco, mientras dormía. Dejó inédito un libro de entrevistas, pretitulado “Timoneles del Caribe”.
A Alma Fiori, se le adjudican dos libros más de poemas. Uno publicado
en Chile, en 1941, titulado “Cantos del
camino” y otro publicado en Guatemala, en 1951, titulado “Postrera eclosión”. No ha sido posible
cotejar la edición de ambos libros. Sobre esto último, en nuestros archivos
privados, consta el segundo de los libros, mecanografiado, con poemas escritos entre 1948 y 1951.
En la redacción de "Norte" (al centro) |
Ver página del CIICLA para leer los poemas que publicó en el Repertorio Americano: http://www.ciicla.ucr.ac.cr/poefem/bibliografias/alma_fiori.pdf
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