Cuando Clementina Suárez se desposó con el pintor salvadoreño, José Mejía Vides, en 1949, dio luz a uno de sus proyectos más soñados : Crear un espacio cultural, que sirviera como punto de convergencia a los artistas locales y a los de tránsito. Fue así como surge el "Rancho del Artista", en una cabaña rural de adobes, que quedaba en la salida de la capital salvadoreña, hacia la carretera que va a Santa Tecla. Una vez remozado y acondicionado el local, se dieron cita las amenas tertulias entre los intelectuales que disfrutaban del calor del círculo de amigos de Clementina, que mostraba desde ya, su inclinación por las artes plásticas. Además, de las exposiciones, conferencias y actividades propias de un sitio como aquel, se daban lecturas poéticas y conversatorios. A tales lecturas asistía numeroso público y poetas a viva voz. Estas fotos muestran el momento en que dos poetas hondureños, Eva Thais y Rafael Paz Paredes, comparten ese momento intímo de leer sus creaciones, ante la mirada atenta y noctámbula de Clementina.
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